Una vez más, el fútbol europeo se puso a los pies de España después de que los chicos de Ginés se proclamaran campeones de Europa sub 19 al derrotar a la República Checa en la final. No fue nada fácil y a pesar de ir a remolque en el marcador, los goles de Aurtenetxe y de Paco Alcácer en dos ocasiones, permitieron que el título cruzará los Pirineos para sumarse a los otros cuatro que ya lucían en el Museo de la Selección.
En esta ocasión, el combinado nacional no lució el juego tan vistoso de días atrás, se mostró algo nervioso en defensa conforme pasaron los minutos y Sarabia estuvo más escondido que en fechas pasadas. Morata fue algo intermitente y Deulofeu, la gran esperanza de sus compañeros en los momentos complicados, pecó en no dar el balón cuando veía al rival por el retrovisor.
De esta forma, Rubén Pardo tomó las riendas del juego. Dio un recital de lo que debe hacer un mediocentro y su único lunar fue la pérdida del esférico en el primer tanto de los checos. Más allá de esa acción, sus cambios de juego, las constantes recuperaciones de balón y su facilidad para ver los desmarques de su compañero le convirtieron en el hombre más destacado del partido con permiso de Paco Alcácer. El valencianista creó peligro nada más salir al terreno de juego, pero falló en los metros finales. Por fortuna para él, el duelo llegó a la prórroga y pudo reivindicarse con dos tantos que significaron el título de España.
Antes de la locura del final, los de Ginés insistieron en tener el cuero en su poder, pero la República Checa se había aprendido la lección y no iba a dar facilidades. Skalak y Prikryl presionaron la salida del balón y obligaron a jugar con balones largos desde la defensa. Se veía que ése no era el juego de España y rara vez el cuero llegaba a los puntas con claridad.
Tras la reanudación, Krejcl puso el susto en el cuerpo. Progresó por la izquierda y tras ver que ninguno de los defensas rivales salía a su paso para tapar los espacios, se sacó un chut cruzado que se coló en la meta de Edgar Badía. Jarro de agua fría para un equipo que no renunció a su juego en los peores momentos.
Ginés volvió a acertar con los cambios
Si los jugadores fueron decisivos en los momentos clave, igual o más lo fue Ginés con los cambios. Dio entrada a Campaña y a Paco Alcácer con el marcador adverso. El primero se unió a Rubén Pardo en la medular para aportar tranquilidad al juego y el segundo terminó marcando los goles de la victoria.
Cuando se pensaba en lo peor debido a que las constantes internadas de Deulofeu no daban su fruto, Aurtenetxe logró desviar a falta de siete minutos para el final un disparo de Rubén Pardo. Koubek, que salvó a los suyos en numerosas ocasiones, no pudo hacer nada y vio como los suyos debían seguir trabajando en los minutos de la prórroga.
En el tiempo añadido, Krejcl volvió a aprovechar la debilidad del lateral derecho español y tras llegar a las inmediaciones del área, habilitó a Lacha para que adelantara de nuevo a los checos en el marcador.
De poco sirvió el tanto final, ya que Alcácer aprovechó primero un pase de Morata con la cabeza y otro de Rubén Pardo a la espalda de la zaga para dar el título a un equipo que jamás perdió la cara del choque y confió siempre en sus opciones.
Fuente: www.marca.com